Gundam es una serie japonesa de anime del género mecha que empezó en 1979 y que desde entonces ha tenido numerosas secuelas y películas. Es muy conocida, tanto en su país de origen como en el resto del mundo.
En la estación de de tren de Kamiigusa en Shinjuku, Tokyo, en el mismo barrio en el que está la productora de Gundam, Sunrise Incorporated, podemos ver esta estatua.
¿Impresionante? Bueno, no lo suficiente para estar en este blog. Aquí nos gustan ...
- Yo no sé los demás qué dirán, pero a mí me gustan grandes.
- Huy.. a ti no te conocía.
-Sí, sí, pillín. Sabes muy bien quién soy. A la que le gustaban de aquella manera era a mí, no a la tipa del sofá que has estado sacando. A ésa le van más los abueletes.
Bueno… por dónde iba...? Ah, sí. Quedamos en que esto, aunque puede estar bien, no es muy de esta sección.
¿Ha habido o hay algún Gundam tamaño familiar en Japón? Lo curioso del tema es que no ha habido uno, sino dos Gundam RX-78 gigantes.. El primero se comenzó a montar en mayo del 2009 en Odaiba, y el segundo en junio de 2010 en Shizuoka. A escala 1:1 Gundam mide unos 18 metros de altura.
El Gundam de Odaiba fue montado por el Green Tokyo Gundam Project en el Parque Shiokaze para conmemorar el 30 aniversario del inicio de la serie y al mismo tiempo promocionar las olimpiadas.
El de Shizuoka fue levantado un año más tarde por la empresa Bandai cerca de una de sus más importantes fábricas de juguetes para celebrar el 30 aniversario de la fabricación de sus primeros juguetes de plástico de la serie Gundam.
El robot de Bandai tenía, como puede verse en las fotos, un sable láser en la mano, a diferencia del de Odaiba. Lo que ocurre es que es el mismo de la primera ocasión, reconvertido y con el añadido del sable.
El de Odaiba estuvo en pie hasta septiembre del 2009; se planeó una ceremonia de retirada, pero ésta fue cancelada por la amenaza de un tifón que se acercaba al país, así que fue desmontado sin celebración alguna.
En Marzo de 2011 el Gundam de Shizuoka también fue desmantelado, retirado y almacenado en la fábrica de juguetes Bandai.
Hubo varios proyectos para darle continuidad, desde venderlo a los americanos (los gastos de transporte lo hacían inviable) hasta tenerlo montado cerca de la fábrica o en otras partes de Japón, pero cualquier traslado era carísimo, y una exposición que no daba ingresos y provocaba gastos de mantenimiento no interesó. Así que se encontró una solución no tan impresionante: el regreso a Odaiba. Más o menos.
Durante este verano se ha podido visitar el robot… pero desmontado. Previo pago de 500 yenes (parte de las ganancias se donó a los afectados por el terremoto y tsunami de marzo), los visitantes podían ver de cerca la gran cantidad de detalles de las piezas de este robot gigante, pedalear para encender las luces de la cabeza del robot y subirse a una de las manos para sacarse fotos.
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