miércoles, 8 de febrero de 2012

Grandes figuras del rock (o casi)



Aquí estamos de nuevo, tras una temporada sin escribir en la que me ha pasado casi de todo: el ordenador decide suicidarse (meses  avisando hasta fallecer del todo); ordenador nuevo que por su descomunal tamaño (ya se sabe, para compensar) me obliga a reorganizar toda la habitación; perfecta excusa para mi segunda pasión, reordenar y eliminar (casi me lío con toda la casa), reinstalación de software y traslado de archivos (más vale que soy ordenado, que si no me tiro tres años) ... en fin, tampoco es que me haya pasado de todo, es que sólo me puedo concentrar en una cosa a la vez (mono-direccional que es uno).

 



Y vuelvo con un post de los que dejan bien clara mi avanzada edad (disimulada por mi aire jovial y mi cabeza hueca congénita) y mi exquisito gusto por lo cutre-salchichero.
Esto es una mezcla entre "lo peor de lo peor" y "lo aún más pior". Hablo de Plastic Bertrand.

Si el nombre no te dice nada, o si te dice algo, no importa en absoluto. Yo viví muchos años apenas sabiendo cuatro cosas de este elemento, y la mitad falsas, y aquí estoy, hecho un pimpollo.


Para empezar, este señor se hizo relativamente famoso hace una porrada de años dando la imagen de punk-juvenil-gabacho. O eso creía yo, porque de gabacho sólo tiene un poco. Lo justo para ser belga. Hombre, y punky, punky, lo que se dice punky, pues tampoco lo era mucho. Si yo me hubiese vestido con pantalones de cuero rojo recién levantado de la cama cualquier mañana de domingo (normalmente a eso de la dos de la tarde) habría tenido un aspecto más desafiante que el señor Bertrand.  Pero tuvo un acierto, una canción que fue un exitazo en su momento. Canción que yo conocí en unos billares, jugando al futbolín, mientras mi amigo Jokin le aullaba los coros a Mr Plastic bajo la mirada amenazadora del Jefe (señor encargado de los billares) y desagrado general del público circundante.


 
La canción era ésta.



 


Nunca más supe del señor Bertrand, hasta que hace poco me enteré de su triste historia. Triplemente triste.


- Primero, porque la alegre cancioncilla jamás fue cantada por Plastic. En realidad, tras una serie de juicios y tristes declaraciones contradictorias (que si llegué tarde y no pude grabarla en su momento, que si mi abuela tenía catarro, que os lo juro por Johnny Rotten que canto yo) quedó claro que Plastic Bertrand no hacía más que poner su cara bonita a las canciones que Lou Deprijck componía e interpretaba. No sólo en la canción "Ça plane pour moi" , sino en ... sus primeros cuatro discos! Superad eso, Milli Vanilli.


 
- Segundo, por su paso por Eurovisión (la de siempre, la buena, la de antes de Bisbales y Azerbayanos en traje regional) representando a Luxemburgo (vaya fichaje) donde ni siquiera le quedó el honor de quedar el último (quedó el 21 y participaban 22).






- Y sobre todo, porque cuando empezó a grabar como Plastic Bertrand pero de verdad, no haciendo playback a sus colegas, grabó joyitas como ésta



En fin, una lástima que el punk perdiese una figura de tamaño calibre. Podría haber sido el Evaristo belga, si no hubiera sido por... ahora que lo pienso, por todo


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