jueves, 19 de enero de 2012

Roca roll




A estas alturas ya te habrás dado cuenta: el glamour no es precisamente el eje de este blog (mas bien lo contrario). Que no cunda el pánico, de momento no hablaremos de cine español, pero sí de algo igual de escatológico.




En 1966 se vio la primera portada de un disco en la que aparecía un váter. Fue en el  álbum  “If you can believe your eyes and ears” de “The Mama’s and The Papa’s”. Nada horripilante, diría yo. No obstante, esto horrorizó a algunas de esas personalidades sensibles que velan por preservar la integridad moral de la humanidad.









Para evitarnos a todos tamaño mal trago, en nombre del buen gusto, colocaron una fea pegatina tapando ese ofensivo váter. En posteriores ediciones lo eliminaron por completo.







Dos años más tarde la censura vateril actuó sobre el lp de los Rolling Stones “Beggars banquet.”

















Tras una disputa judicial se reeditó con aspecto de elegante invitación (aunque en la reedición en cd se volvió a la portada original).












 La censura también actuó en el album de UFO “Force it”, aunque aquí no fue por aspectos estético-cagadeiros. Se eliminó a una parejita de chicas haciéndose arrumacos en la bañera, dejando una portada con una imagen fantasmagórica rodeada de grifería y azulejos.












Pero, volviendo a centrarnos, las cosas cambiarían respecto a la presencia del váter en el mundo musical. La potencia estética del trono blanco brilló en todo su esplendor gracias a Frank Zappa y su mítico poster. Imagen tan popular que el mismo Frank ha afirmado más de una vez, no sin cierta desilusión,  que él es verdaderamente conocido por su foto vateril.(Francisco, o eres un poco quejica o demasiado modesto, amigo).











Otras estrellas del firmamento musical han emulado al señor Zappa, algunos en más de una ocasión a lo largo de su carrera, como en el caso de Ozzy Osbourne, ese fenómeno de la naturaleza que se mueve por el escenario tal que si se hubiera defecado encima.

















Al parecer, desde la censura de los años 60, probablemente gracias a Frank Zappa, la imagen de un váter en una portada ya no es motivo de escándalo. No es que haya proliferado en exceso, pero se puede encontrar variedad de ejemplos de portada váter-musical:

infanto-celulítica...










... racial-informativa...










... soso-cerámica...










...pseudo-glamurosa...









...claustrofóbico-autoinspirada...










...o diarreico-dual (añadiendo peso específico al título "Suite del aguacate") .












Así se abrió un puerta que, sinceramente, a veces es mejor dejar cerrada. No es que, influenciado por las “ideas” conservadoras que tan de moda están de un tiempo a esta parte, esté a favor de la censura. Es que hay alguna portada que habría puesto los pelos de punta a los censores sesenteros:


O quizá les habría puesto burros, vete a saber; la censura en realidad revela las obsesiones del censor, y no los pecados del censurado.

Al fin y al cabo, un váter no es más que lo que es. Está en todas las casas, aunque vivas en el culo del mundo. Hasta el mundo tiene uno. Eso sí, tamaño casa.

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