The River (Sin Bruce Springsteen)

Hoy, mientras ponía el lavavajillas (qué gran invento) me he descubierto a mí mismo con ganas de ver qué pasa en uno de los estrenos más recientes: The River.  Después de haber visto el primer capítulo (en realidad eran dos) la verdad es que me quedó una buena sensación. O mala, según se mire.

Intentaré no chafar nada, por si no la has visto y tienes ganas de verla o al menos curiosidad.

La historia va de la búsqueda en el Amazonas del presentador de un famosísimo programa documental sobre naturaleza. Cuando lo dan por muerto, su mujer e hijo reciben una noticia que puede dar alguna esperanza, así que se lanzan tras su pista. El viaje es financiado por la cadena de televisión, con la condición de grabar todo el proceso en plan "reality".

Éste es uno de los grandes aciertos de la serie: la combinación de la cámara "normal" con las múltiples cámaras "del programa" es perfecta. La transición de unas a otras es natural, da sentido a la historia y es esencial en la ambientación. Lo opuesto a Death Valley.

¿Y qué ambiente se crea? Intranquilidad, sobre todo. En los dos primeros capítulos apenas se ve nada de los... vamos a llamarles "malos". La tensión crece poco a poco, hasta llegar al climax de los momentos más angustiosos para mantenerse. No va sólo de sustos y desde luego no va de mostrar higadillos; más bien te van llevando hasta el momento terrorífico y, aunque sabes que ya llega, tiene la suficiente fuerza como para cortarte la respiración, aunque sólo sea un poco, y dejarte preparado para el siguiente. Lo opuesto a American Horror Story.

No es una serie estrictamente de terror (aunque da miedito), y desde luego tampoco de ciencia ficción (como había leído por algún sitio). Se centra en el poder de atracción de la magia, del miedo a lo desconocido,  y el escenario es otro acierto de la serie. El Amazonas, uno de los pocos sitios del mundo que aún puede tener rincones oscuros y mágicos... y lo suficientemente grande para poder estirar la serie hasta el infinito (y más allá).

Además, ya desde el primer capítulo se ve que hay una trama de por medio, algo -y alguien- está detrás de la desaparición, y no van a poner las cosas nada fáciles a la desestructurada familia. Una familia que era perfecta delante de la cámara -los documentales eran del tipo "os descubro la magia del mundo mientras viajo con mi amada familia"- pero cuya realidad es lo opuesto. Un poco típico, lo de la familia separada por la vida que se reconcilia gracias a afrontar juntos las penurias de una búsqueda. Ya se vio en Parque Trifásico III y en doscientas historias más.

Algún detalle que otro sería mejorable. La serie, en versión original, tiene unos personajes venezolanos que hablan en castellano, aunque se les ve el plumero porque es un castellano muy forzado, uno de ellos tiene un acentazo yanqui de dios padre, y el otro tiene mejor pronunciación pero habla a veces como si le estuviese traduciendo google. 

No es que me apasionen las historias de miedo y sustos, pero ésta no está mal del todo. Habrá que ver si cae en la rutina de "mini-peli de terror por capítulo" o si se perfila del todo una historia que le dé sentido a la serie en su totalidad y, sobre todo, mantenga el interés más allá de ver con qué nos asustan en el capítulo de hoy.

Ya veremos.

*** Editado después de ver el capítulo tres:

Ligeramente hastalgorro de la niña que lo sabe todo del Amazonas. Eso de tenr una mini-antropóloga de bolsillo hispano-parlante, que además es como mi tía, que entiende el inglés cuando le conviene, empieza a rechinar un poquito.

**** Editado después de ver el capñitulo final

Prometedor principio, floja continuación, algún episodio bueno hacia el final y cierre de temporada decepcionante. Dejan muchos cabos sin atar para asegurarse una temporada dos. Yo creo que no llegará. Muchos momentos típicos de peli/serie americana en los que te tienen que explicar todo, no sea que, como eres idiota, no te enteres. Sí, el último capítulo en plan exorcista daba miedito, pero esto prometía otro tipo de serie que, al final, se ha quedado en nada. Otra decepción.