El protagonista:
Mezcla entre Steve Buscemi y Michael J. Fox, capaz de entusiasmarse por rodar bodrios como los Crímenes de Oxford (nunca mais, oh cine Apañol, volveré a confiar en ti, me digo tras tragarme algo del ar-tihtico cine patrio, que cuando se sale de hablar de sus áreas de experticidad -Guerra Civil y 2ª República, tetas y culos, o chistes de caca, todos ellos temas muy respetables- es boñiga de vaca) y mundialmente famoso por ser lo suficientemente pequeño para no tener que reducirlo mucho a la hora de encarnar a Frodo en El Señor de los Anillos.
Miedo me daba.
Su alter ego:
Un perraco –en toda la extensión de la palabra- (Jason Gann ), que maneja un bong de maravilla (para ponerse ciego no hace falta dedos, la evolución nos sobraba, Mr. Darwin) y que viene a…. despertar al protagonista de su anodina vida? Sí, pero, eso haría que esta serie no fuese muy diferente a otras… lo bueno es que es perro es un auténtico hijo de perra (ahí he estau fino en el juego de palabros, eh?)
Ah, sí, Jenna (Fiona Gubelmann) la vecina rubia-tíabuena, es la dueña del perro, y luego está otro vecino joputa (al menos de momento) que es el actor que hacía de Randy en Me Llamo Earl (otra serie altamente recomendable), con unas toneladas menos de peso pero bastante más desagradable y chulomierda aquí.
Más adelante entran otros secundarios, algunos conocidos por otras series como Parks and Recreation, por ejemplo.
Serie que originalmente se grabó y emitió en Australia, esta es la versión yankee. Mejor verla ahora en inglés con subtítulos que más tarde, cuando la doblen al castellano y le pongan al perro voz de acordeonista húngaro, Jenna parezca estar buscando su segunda neurona y Elijah Wood suene como si estuviese a punto de defecarse por la pantorrilla en cualquier momento.
De momento está interesante, te ríes de vez en cuando (tampoco es para orinarse encima) y por lo menos al acabar te quedas con la impresión de que te están contando lo de siempre, pero de una manera diferente….
Eso es el arte, no? Bueno, eso y venderle al Guggenheim dos cuadros de 10x15, uno todo blanco y el otro todo negro y llamarles Blanco y Negro, respectivamente. Hace falta mucho arte para encasquetar algo así.
Para más información y poder disfrutalla a tope
Para más información y poder disfrutalla a tope
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