miércoles, 2 de noviembre de 2011

Frikismo local




Esto no es la Comic.con ni la Dragon.con, ni nada que se le parezca remotamente, pero es lo más parecido que ha habido en mi pueblo. Con el motivo del cierre de una exposición itinerante sobre Star Wars, una tienda que no nombraré (porque la mísera publicidad que les haría en mi triste blog ya vale más que lo que se gastaron en premios; afortunadamente no estábamos allí por la pasta) organizó un concurso infantil de disfraces.


Vale, lo tengo que decir; lo pongo aquí porque mi hijo, sangre de mi sangre y principal causante de la mayoría de mis canas y mi actual aspecto decrépito, fue el ganador de su categoría. Y porque me quedé con las ganas de haber podido presentarme yo (y mi santa esposa, que también es del gremio Galáctico). Por lo visto no fui el único, porque una madre que acompañaba a una Princesa Leia (que, todo hay que decirlo, le sacaría dos cabezas de estatura a Carrie Fisher) fue de Princesa Amidala.



Mi Jawa particular se lo paso de miedo. Yo también lo pasé como un enano de Tatooine.






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