La ciencia avanza a una velocidad vertiginosa; ya totalmente desterrados los viejos radiocessettes de los coches, asistimos a un paso más allá del bluetooth, cd, mp3 o blueray en nuestros vehículos: se trata de un invento ruso, todavía en fase experimental, que consiste en rodearse de la proyección holográfica de tu banda favorita y poder disfrutar de su música mientras surcas las carreteras a toda velocidad.
De momento este sistema sólo soporta dos instrumentos, pero pronto podrás llevar dentro de tu vehículo a la orquesta sinfónica de Villalpando de Arriba sin miedo a que el arco del primer violinista te saque un ojo, o a los Kiss escupiendo fuego por la ventanilla de tu Seat sin temor a que carbonicen las cejas de cualquier transeúnte desprevenido.
Ver para creer, oigan.
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